jueves, 5 de enero de 2012

.110. Coro de arpías

Estaban allí, dispuestas en un coro, todas las mujeres de tu pasado. Se reían, las muy putas, como seres viles que eran, de mi, de mi condición de ilusa, de mi inalcanzable estado de felicidad suprema. Pretendes algo imposible, no lo conseguirás. Acabarás llorando en un rincón. Antes de que acabaran su ristra de lamentos deprimentes empezó el derrame lacrimal, pero no estaba en un rincón, pretendí plantar cara a su pestilente arrogancia mirándolas con mis ojos llorosos. En compendio no tenían mucha piedad hacia mi condición insegura e indecisa.
No sobrevivirás al instinto macho, por la cuenta que te trae.

Abrí los ojos con la almohada empapada en lágrimas y el ritmo cardíaco acelerado, tú estabas solapado a mi costura y fue entonces cuando empecé a reír. Me tronchaba de vosotras porque el pequeño cerdo salvaje estaba aquí.

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