Amén de pintar sus características calaveras en toda persiana o pared que lo permita, el señor Món Mort ha dedicado parte de sus últimos tiempos a imprimir carteles a serigrafía que a posteriori encola a discreción en las urbes que transita. Indignado se hallaba tras comprobar que algunos de los carteles que estaba pegando no recibían la respuesta que él esperaba; de alguna forma, colgó carteles con espacios vacíos o coloreables con la vana ilusión de que el transeúnte ocasional los pintara en un alarde de libertad conquistada. Para compensar su desencanto global le propuse (mal)pintar algunos de estos carteles y la señora Christina Ratas (más referencias Vaginoplastia) se apuntó en sus ratos libres.
Ahí va eso.
