miércoles, 12 de diciembre de 2012

Compre-Compre-Compre-Compre


Siempre le tocaba la parte de pagar. Pagó sus multas y las multas heredadas de sus padres. Pagó toda la hipoteca del piso aún cuando la habían desahuciado del mismo. Pagó tributos de hacienda y matrículas de la facultad en segunda y tercera matrícula. En múltiples ocasiones recurrió al pago fraccionado, aún cuando los intereses fueran elevados. Dicen las malas lenguas que entró de rodillas – casi a gatas – en la oficina del director del banco ofreciéndole como pago hipotecario un riñón, una mamada o un strip-poker. También dicen las malas lenguas que el director la apartó como si fuera un caniche masturbándose en la punta del zapato, mientras con la otra mano llamaba a seguridad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario