viernes, 5 de octubre de 2012

Recogidas y Mesones


en la puerta de Zara
una abuela pedía para comer
mientras las consumistas
mostraban su indiferencia
no tengo dinero
pero puedo darle una barra de pan
gracias niña
que tenga suerte señora

un senegalés acelera a mi lado
entre locales comerciales
para que ante mis ojos
sea bloqueado por un cerdo
vestido de paisano
todos los ojos miran
si vende en la calle
no es necesario matarlo

en pocos segundos
el ritmo de las tiendas
vuelve a su aparente normalidad

todas contentas
con nuestra libertad coartada
en ella
puedo derrochar
fuimos, somos y seremos
una manada de perfumados borregos
con las manos manchadas
en sangre ajena
¿no recuerdas cómo sucedió?
el primer día que callaste
te convertiste en cómplice


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